Esta etapa coincide con partes de dos rutas señalizadas del parque natural de la Sierra de Cebollera, la primera parte del sendero de la vía romana, que va de Villoslada al puerto de Piqueras y la última parte del sendero de Pajares. Se sale del núcleo de Villoslada por la calle que arranca de la ermita de San Roque. Se deja a la derecha y se toma una pista forestal en un tramo empinado hasta llegar a una curva pronunciada en donde se abandona la pista por la izquierda para continuar por un camino bien marcado y empedrado que en determinados tramos, flanqueado por grandes afloraciones rocosas. Se llega a la divisoria entre los términos municipales de Villoslada y Lumbreras, en donde aparece una portilla que se atraviesa para continuar por un camino que desciende hasta llegar a las inmediaciones de la laguna de La Nava, interesante zona húmeda de montaña que llega a secarse en los meses de verano. Se bordea por la izquierda la laguna de La Nava y, una vez sobrepasada, se asciende ligeramente hasta llegar a un paso canadiense sobre una pista forestal, que se pasa para descender por la pista. A los pocos metros se abandona la pista por un talud lateral para continuar hacia la derecha por una senda que, tras coger un poco de altura, llanea entre robles y atraviesa una gran desecada acumulación de grandes piedras originadas en épocas periglaciares desde la que se contempla una buena perspectiva del pueblo de Lumbreras. En suave bajada se llega a la carretera nacional N 111, que se atraviesa y, a continuación, se desciende entre pequeñas fincas hasta el río Piqueras, que se cruza por un puente desde el que se observa, aguas arriba, una estación de control de caudales del río. Después se inicia un breve pero empinado ascenso hasta el casco urbano de Lumbreras.