La que fuera residencia del antiguo conde de Casafuerte, Yosef Montoya, se ha reconvertido en una encantadora hospedería de lujo donde su exquisita decoración queda plasmada en la mezcla idónea de diversos estilos, dotándolos de un ambiente inigualable de confort que resalta aún más el valor histórico del edificio.

Al atravesar el umbral de este hotel, el cliente tendrá la sensación de retroceder en el tiempo, aunque disfrutará de todas las comodidades de la actualidad. La casa es un espléndido edificio de piedra sillar con vestigios en el siglo XV, a cuyo interior se accede por una puerta en arco de medio punto enmarcado por un alfiz. Son de gran admiración los herrajes que refuerzan esta entrada principal y el escudo blasón, símbolo de la antigua casa, de trece estrellas de ocho puntas, que vigila la entrada desde la parte superior.

Todas las habitaciones están modernizadas conservando los elementos históricos y el carácter noblesco del emplazamiento. Las paredes, suelos y cerámicas son originales del Palacio.

Hay un salón común para todos los huéspedes donde se sirve el desayuno-buffete basado en productos frescos acompañado por repostería casera, zumos naturales y un buen café. Dentro de este salón hay una zona de sofás y televisión de uso exclusivo para los clientes del hotel donde pueden amenizar su estancia.

El hotel cuenta con cinco habitaciones divididas en una suite principal con jacuzzi, una suite junior con salón independiente y tres habitaciones doble superior.